El cajón del dinero se llenaba con las inversiones de los incautos y de ese mismo cajón se sacaban los intereses (que al final sólo eran apuntes en una página web) y por supuesto la fortuna del timador.
El gran acierto de este timo fue captar como clientes a grandes corporaciones y bancos, de forma que, generalmente, cuando un cliente salía (hay que devolverle su dinero y sacarlodel cajón) otro entraba, debido a que el Banco en cuestión siempre mantiene fijas su cantidades de inversión en sus diferentes carteras.
Pero, entonces, ¿por qué lo pillaron?
Precisamente por dos fallos básicos:
Primero, el producto ofrecido era fácilmente cancelable, de forma que cualquier cliente podía sacar todo su dinero invertido más sus intereses en cualquier momento. Esto en un principio no era un problema, ya que ¿quién sacaría su dinero de un banco en el que en 5 años has conseguido más de un 50% de rentabilidad?... hablamos de ¡¡duplicar la cantidad invertida en tan solo 10 años!!
Segundo fallo: el producto se basaba en la confianza del inversor en su gestor, el cual prometía ese 10% en base a su "habilidad", "experiencia" y "conocimientos" de los mercados de inversión.
Combinando estos dos fallos junto con un escenario bursátil que nadie se esperaba y en el que precisamente la confianza empezó a caer, los inversores empezaron a desear tener su capital en dinero efectivo (y no como simples anotaciones en una web o libreta de papel) y los bancos, a priori el mejor cliente, también necesitaron liquidez a causa de la mala gestión de préstamos concedidos.
De esta forma se comenzó a vaciar el cajón de caudales del timo, regresando el dinero a sus clientes, si la crisis hubiera pasado pronto, el cajón hubiera recibido un duro golpe, pero seguiría lleno y nadie notaría nada, con lo que la inversión regresaría, pero el tiempo pasaba y el cajón seguía perdiendo fondos... al final, lo inevitable, se quedó vacío y todos aquellos que no sacaron su dinero se quedaron sin él.
Es curioso, si no hubiera llegado esta crisis bursátil, el timador habría fallecido y su imperio hubiera continuado con sus descendientes sin que nadie notara nada. Es lo que tienen los timos piramidales (y este era de las dimensiones de Keops).
Si Madoff pudiera volver al pasado, habría cambiado algunas cosas de su producto financiero, primero, no habría prometido tanto tipo de interés fijo, sino que lo habría movido en unos varemos más creíbles en el tiempo. Además hubiera cambiado el producto financiero a otro difícilmente cancelable, por ejemplo, fondos de pensiones, donde el cliente sólo puede cancelar cuando se jubila o en caso de muerte o enfermedad grave, (sin recibir fuertes penalizaciones) lo que representa muchos años de inversión por cliente.
Como dicen algunos: para sabio Salomón.
Afortunadamente, este timo se ha descubierto, pero hay que estar atento a otros muchos que nos podemos encontrar. Avaros codiciosos deseosos de hacerse con nuestros pequeños ahorros hay muchos.
Recordad, nadie da duros (euros-dolares) a pesetas (centimos).
Nos vemos Navegantes.
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