lunes, 26 de octubre de 2009

Magia y Religión

Cierto es que si la magia y la ciencia siempre han ido cogidas de la mano, magia y religión no han sido menos. Hace unos días, Casiopea nos comparaba ambos ámbitos de conocimiento-desconocimiento en un comentario a uno de los post sobre el ilusionismo, y no sin razón, ya que desde los comienzos de la humanidad (y quién sabe sino antes) el misticismo y el misterio han rodeado a ambas disciplinas.
En los albores del pensamiento, brujos y monjes, santones y místicos configuraban dos caras de una misma moneda. Tanto los oráculos como los elegidos que podían contactar con los Dioses siempre eran oscuras personalidades que con ritos secretos y ocultos dominaban el acontecer de la humanidad, siempre a cambio de riquezas y poder.
Da igual el continente en el que nos situemos, da igual la época de la Historia o Civilización que estudiemos, siempre han estado ahí. Chamanes, brujos, magos, monjes, ascetas, santones, cientos de sinónimos para enunciar los mismos conceptos: Misticismo, Desconocimiento y Fe.
No es extraño que cuando Moisés se presentó ante el Faraón para liberar a su pueblo fuera tratado como un Mago, y todos sus Prodigios rebatidos por los propios Hechiceros del Faraón, los cuales replicaron cada uno de sus Milagros rivalizando con el poder del antiguo Dios.
Con el paso de los siglos, ambas disciplinas se han ido separando, llegando incluso a entablar duras batallas que generalmente acababan en hogueras donde se quemaban unos a otros sin saber muchas veces a que gremio pertenecían. En la actualidad, continua esta guerra.
Hoy en día es fácil encontrar santones, ocultistas y presuntos magos que difaman el nombre de esta antigua ciencia únicamente con fines lucrativos y basándose en la esperanza y/o ignorancia de muchas personas. Y la religión tampoco se salva de esta lacra, falsos profetas, milagros que nunca ocurrieron y ritos que sacados de oscuros libros de la antigüedad se mezclan en nuevos cultos que intentan reinventar los pasados.
De todos modos, no todo está perdido, y al igual que en cualquier disciplina, también en estas encontramos buenos y malos, villanos y héroes que creen en su trabajo y se dedican a él con voluntad y honradez frente a truhanes estafadores que lo único que buscan es su propio beneficio.
Religión y magia, magia y ciencia, ciencia y religión. Un triángulo cuyos ángulos no suman 180 grados.
Nos vemos Navegantes.