miércoles, 20 de enero de 2010

El Último Misterio de la Realidad

Para finalizar la miniserie sobre la cuestión de la Realidad hablaremos de aquello que, por lo menos a mí, me hace cuestionar todo lo que me rodea. El gran Misterio, la pregunta que siempre se queda sin respuesta, una pregunta que curiosamente muy pocos filósofos se han planteado y que puede ser la clave a este problema.
Y ¿cuál es esta pregunta?...
..¿Por qué todas las especies perciben la realidad de igual forma?...
Parece una broma de la evolución, un imposible cósmico el que, independientemente de la especie que tratemos la realidad sea la misma para todos.
Podemos aceptar que para los humanos la realidad sea la misma, que la concepción del espacio-tiempo sea igual para unos que para otros, aunque esto implique la difícil posibilidad de que todas las conexiones cerebrales sean similares y equivalentes para todas las mentes... difícil coincidencia.
Pero más complejo es que sistemas nerviosos distintos, mentes estructuralmente incomparables, modelos sensoriales diametralmente opuestos conciban la realidad que nos rodea de igual forma que nosotros.
Las mismas leyes de la física se imponen en unos y en otros, el tiempo, el infinito se muestra igual para mamíferos, insectos, aves, plantas...
Un imposible que ocurre cada milisegundo ante nuestros ojos.
¿O quizás no?...
No es difícil encontrar especies que únicamente viven durante pocos días, unas horas en las que toda una vida completa se desarrolla: nace, crece, se reproduce y muere. Quizás para esas criaturas el tiempo fluya en una dimensión que no somos capaces de comprender.
Quizás existan (y existen) niveles de esta realidad juguetona que otros pueden comprender y en las que los Dioses de la creación, los elegidos no somo nosotros sino ellos.
De igual forma que una hormiga nunca comprenderá ni concebirá la existencia de un ente llamando hombre, nosotros nunca imaginaremos qué se cierne sobre nuestras cabezas en aquella realidad que sobrepasa nuestra ficción.
Un saludo Navegantes.