martes, 21 de abril de 2009

Piensa. ¿Luego existe? (La Habitación China)

¿Puede un ordenador ser una mente?. Los circuitos y programas pueden actuar de forma similar en algunos aspectos al ser humano e incluso superarlo, pero ¿puede ser consciente del mundo, tener sentimientos, autoconciencia...?
Dentro de la IA fuerte, la respuesta es rotunda SÍ. ¿Tu qué crees?...
No obstante hay voces críticas que niegan esta afirmación, una de ellas es la del Navegante y filósofo John Searle y su famosa Habitación China, un sencillo experimento mental para demostrar que un sistema de IA no puede poseer conciencia.
Imaginemos que nos encierran en una habitación donde hay fichas con símbolos chinos y unos cuadernos con reglas de cómo manipularlas. Fuera de la habitación hay un grupo de chinos, que nos hacen preguntas por escrito y nosotros empleamos el manual en español para correlacionar los signos chinos de entrada con otro conjunto de signos de salida y así dar respuestas, empleando las fichas.
Desde el punto de vista de las personas de fuera de la habitación, las respuestas que damos no se pueden distinguir de las de un hablante de chino. Sin embargo, la persona de dentro no tiene ni idea – sólo está manipulando símbolos, carentes de significado.
Searle dice: «Es bastante obvio que no entendemos ni una palabra en chino, aún teniendo la entrada y salida idéntica a la de un hablante nativo. Del mismo modo podría ejecutar cualquier otro tipo de instrucciones formales (programa), sin entender nada.» En consecuencia, cualquier simulación de un fenómeno mental humano no deja de ser una simulación. No importa lo inteligente que parezca la conducta de un ordenador. Como los símbolos que manipula carecen de significado para él, no puede considerarse que es realmente inteligente. No piensa de verdad. Sus procesos internos son puramente sintácticos, el sistema no asocia ningún significado a los símbolos y, por lo tanto, no puede tener estados mentales intencionales.
¿Es tas de acuerdo?...
Imaginemos que en lugar de una única persona hay cientos, miles, moviéndose rápidamente por esa habitación, pasándose fichas de unos a otros, nadie sabe qué hace, sólo actúa cuando el compañero de al lado lo solicita. ¿No son quizás esas nuestras propias neuronas?, ¿acaso saben nuestras neuronas español?...
Hay muchas críticas a esta fábula, Searle las responde como puede, ya que el es defensor de que el hombre es incapaz de crear algo que sea inteligente como él... aunque ya creamos máquinas más rápidas, con más potencia de cálculo, más memoria, mejor visión, mejor oido...
Y mañana más... (en dos días el final de la serie de Las Máquinas vs la Inteligencia Humana ¿podrás esperar?...)