lunes, 23 de agosto de 2010

EL momento de la elección

Al ser humano le gusta el orden, le gusta lo predecible, planificar un buen plan y que todo sigua su curso. La tranquilidad del orden es agradable, saber que la decisión tomada tendrá las consecuencias esperadas. Pero a la realidad le gusta romper esta paz para traernos el caos y la confusión.
La vida está llena de momentos en los que debemos realizar una elección, tomar una decisión que puede cambiar nuestra vida. Desde la infancia nos enfrentamos a estos retos casi sin vislumbrar las repercusiones que tendrán en nuestra posterior existencia. Pequeños actos que como el aleteo de una mariposa pueden volverse huracanes con el devenir de los años.
En muchos momentos de nuestra vida nos planteamos si tomamos el camino correcto, preguntas típicas son si elegimos la carrera correcta, el trabajo correcto, los compañeros adecuados… Dudar es una de las características de nuestra inteligencia, no obstante, hemos de saber que sea cual sea nuestra decisión, está será la correcta.
Si algo debemos tener claro es que el destino lo escribimos nosotros y en ese texto nuestra letra ha de ser clara y nuestro pulso firme. Es fácil dudar de nosotros mismos, es sencillo sentirse fracasado cuando el resultado no es el esperado. Pero recuerda, la vida es demasiado larga para perderla en lamentaciones, siempre hay tiempo para volver a intentarlo, para finalizar el trabajo inacabado, para enderezar nuestro camino, para reescribir nuestro destino.
Más no olvides, la vida es demasiado corta para gastarla en lamentaciones, debes aprovechar el último aliento para conseguir lo que antes sólo fue un intento, para alcanzar la meta deseada, para llegar al final de nuestro camino y saber con firmeza que hemos cumplido nuestro destino.
Navegantes tened confianza en vosotros mismos, no hay nada imposible. Aunque nuestra realidad juegue a veces a engañarnos sabed que está en vuestras manos alcanzar vuestros sueños. La salida del laberinto está cerca.