lunes, 5 de octubre de 2009

El Colmo de la Moralidad

Si ya hemos hablado de una doble moral o incluso triple, hoy hablaríamos del mortal y medio con tirabuzón de la moralidad.
El otro día vi en televisión una manifestación en pro de los derechos de la mujer, hasta aquí bien. El problema era que según las manifestantes la Nueva Ley del Aborto era discriminatoria para la mujer (es curioso del padre nadie habla).
La nueva Ley permite abortar sin problema hasta las 14 semanas (casi alcanzado el 40% de la gestación) y 22 semanas (superado el 60% del tiempo de gestación) en caso de riesgo o mal formación. Incluyendo que todo el proceso de aborto será gratuito y la posibilidad de abortar desde los 16 años sin necesidad de consultar a los padres o tutores.
Al parecer esto no es suficiente y estas defensoras de los derechos de la mujer exigían el libre aborto hasta las 22 semanas y sin necesidad de alegar causa, es más una entrevistada representante del colectivo citó que incluso se debería poder abortar en cualquier momento antes de que se produjera el nacimiento, ya que era la mujer quien debía decidir si deseaba o no tener un hijo.
Creo que esta es una razón de peso, toda mujer ha de decidir si desea ser madre, es más esto se puede extender incluso a los hombres (los grandes olvidados de esta Ley), ya que todo hombre ha de poder elegir si desea o no ser padre de una criatura de la que es tan responsable como su madre.
El problema de estas mujeres, adalides de la buena razón, es que nadie les dijo que si una mujer no desea tener un hijo, lo más fácil (y además barato para el sistema sanitario que pagamos todos) es que no lo engendre y punto. Tan simple como poner un medio para que no se produzca el embarazo que haberlos hay muchos y variados.
Seguro que la nueva Ley del Aborto puede ser mejorable, pero lo que creo que es indiscutible es que los plazos son más que suficientes y bastante amplios. Si una mujer no desea tener un hijo, lo sabe a los pocos días de conocer el embarazo, un niño no es un capricho que un día lo quiero y otro no.
La vida es un misterio que llevamos milenios sin descifrar, en cambio, la muerte es algo que se aplica sin vacilación bajo el amparo de una falsa moral.
Cada uno ha de ser libre de opinar sobre el aborto, eso es indiscutible, pero tiene un límite y quizás ya lo hemos sobrepasado. ¿Qué pensáis?