martes, 30 de marzo de 2010

Y no se acabó el mundo...

Magia, temor y fascinación. Ciencia Física, Matemáticas y Química se unen en la mega estructura del Acelerador de Partículas CERN.
Hoy era un día clave en la historia de la Humanidad, hoy hemos sido partícipes de un acontecimiento que puede cambiar el Universo. El hombre ha tenido por unos instantes (unos simples microsegundos) la llave del origen del universo en sus manos.
Protones girando a una velocidad cercana a la luz han colisionado para simular ese instante en el que nuestro Tiempo se originó.
Muchos pensaron que este experimento provocaría el Fin del Mundo, la hipótesis de que un micro agujero negro se originara de esta explosión y absorbiera toda la materia ha quedado desechada.
Quizás tengamos que esperar a que este monstruo de la ciencia oculto bajo 100 metros de tierra esté al 100% (ahora mismo se ha trabajado a mitad de rendimiento) para que esa pesadilla se vuelva realidad.
Pero fuera de especulaciones y mitos, la realidad es que aún tendremos que esperar varios años para conocer los verdaderos resultados de este experimento, y es que la ciencia, como la justicia, es lenta pero imparable.
Quizás hoy hayamos asistido a un punto de inflexión en nuestra concepción del Universo, yo todo el mismo día en que alguien ha pagado más de 1,5 millones de dólares por el primer ejemplar de Superman.
Misterios de la Ciencia navegantes.

domingo, 21 de marzo de 2010

La filosfía de la Infancia

Nunca un hombre e bañará dos veces en el mismo río, último reto a nuestra inteligencia, una vez más resuelto por la mente de un niño con una simplicidad y elegancia que nos es casi desconocida a los adultos.
-Mira Andresito, ¿ves a aquel hombre que salta desde la orilla al Amazonas?, nunca más podrá repetir esa hazaña.
-No tito, no, mira parece que ahora va a volver a saltar.
-Ya, pero ya no es el mismo hombre, ni es el mismo rio...
-Ja Ja Ja, pero que tonto eres tito, no nos hemos movido, seguimos aquí y ese hombre es el mismo que hace un rato y el rio que baja es el Amazonas.
-Si pero...
-Que tonto eres tito, ¡vamos a salta nosotros también!
Quién puede negar la realidad de las palabras de un niño, pues razón tendría al decir que ni el hombre ni el rio han dejado de ser los mismos.
Para la realidad subatómica, para las leyes que mantienen sujetas las partículas del Universo será una verdad inamovible que todo ha cambiado. Pero, acaso esas leyes cambiarán la visión de un niño, ¿acaso esa realidad supone un reto para nuestra existencia o es una simple curiosidad sin importancia?...
Para la inteligencia de los niños, no menos sagas y digna de confianza que la de los adultos, esos detalles carecen de importancia frente al hecho de que la felicidad de saltar sobre las aguas del río siempre podrá borrar las leyes del Universo.
Quizás olvidamos ese pequeño detalle cuando comenzamos a desear ser Dioses, cuando nos pusimos como objetivo desentrañar los misterios de un Universo que siempre acaba demostrándonos que no somos mucho más que minúsculos puntos en un mar de Realidades.
Heisenberg, Turing y muchos otros descubrieron que existen problemas que nunca podremos resolver, problemas que la física, las matemáticas y la filosofía se han empeñado durante siglos desentrañar, olvidando que ya fueron resueltos por la inocencia de un niño.
No dejéis de soñar. Buen viaje Navegantes.

lunes, 15 de marzo de 2010

Resolviendo el problema de la Parada

Comentábamos no hace tanto cómo las matemáticas y las ciencias de la computación nos mostraron uno de los límites de la inteligencia humana con un simple problema: El problema de la Parada de Allan Turing. Si bien lo enunciamos de una forma muy simplificada, su conclusión sigue siendo la misma: es imposible conocer si un evento es o no finito.
Pero quizás, como en el caso anterior, la respuesta de un niño nos de la luz a este problema.
Imaginémonos explicando este problema a un pequeño de no más de 9 años, le enseñamos un reloj, un complejo mecanismo formado por cientos, miles de engranajes sincronizados a la perfección.
Sus ojos se abren asombrados por la perfección de la maquinaria y nosotros, sonriendo le retamos:
-¿Sabrías decirme si una vez arrancada esta máquina se detendrá o funcionará para siempre empujada por las fuerzas del Universo?
El joven nos miraría extrañado y con un lenguaje simple que a continuación os traduzco nos respondería:
-Eso es fácil, la maquina funcionará cuando yo la encienda y se detendrá cuando yo la pare.
-Pero, -le respondería- y si no se para...
-Qué tontería, siempre la podré romper de un manotazo.
Y en estas pocas palabras se reduce una solución efectiva al problema de la parada que derrumba el pilar que era la afirmación de uno de los límites de nuestra inteligencia.
Todo se reduce a nuestra percepción del Universo, no importa que la máquina nunca se detenga, porque somos nosotros los que tenemos el poder primero de arrancarla y después de detenerla.
El poder que un niño asume con normalidad y que el hombre olvidó hace años.
Nos vemos Navegantes

19 Días.

19 días pasaron desde la última vez que pude escribir, es por eso que antes de pasar al siguiente post en el que continuo la serie de los pilares del desconocimiento quiero expresar mis más sinceras disculpas.
Excusarme en el trabajo no es suficiente, ya que no cuesta tanto sacar unos minutos para dejar unas líneas en el blog, pero la realidad a veces quiere pesar más que los sueños y nos tiende peligrosas trampas que no siempre podemos sortear con ligereza.
No obstante, regreso con la misma ilusión y espero que los siguientes post continúen con vuestro interés y cariño.
Sin más, paso a el siguiente post, que creo se demoró demasiado. o vaya ser que se consuma como una cerilla de agua.
Un saludo y muchas gracias por seguir ahí.
PD. Suena ahora en la radio la canción de Sabina 19 días y 500 noches, pensaré que es fruto del azar...