lunes, 16 de agosto de 2010

El Misterio de la Materia: El Átomo

Si el Tiempo es un concepto que supera nuestra imaginación, no menos podemos decir de la Materia. Lo que nos rodea, lo que nos da forma, lo que hace que nuestras neuronas sean capaces de interpretar lo que estás leyendo es la materia que todo lo llena. Y en el interior de la materia un pequeño elemento que a su vez complica y simplifica todo: el Átomo.
Todas las cosas están compuestas por átomos, pequeñas estructuras que dede el origen del Universo se alían unos con otras para dar origen a la propia vida. Sometidos una y otra vez a recombinaciones, para formar parte de moléculas, son testigos imperecederos de todo lo conocido, son el Orden dentro del Caos, son viajeros que nos acompañan desde el origen del Cosmos.
Somos polvo de estrellas, afirmó una vez Carl Sagan sin temor a equivocarse, y no lo hacía, la ciencia así lo ha demostrado pues nuestra materia pertenece a alguna estrella que eones atrás explotó como una supernova dejándonos su herencia en nuestro cuerpo y quizás alma.
Pero una de las cosas que más nos puede extrañar de este pequeño Universo llamado Átomo es su propia composición: el Vacio.
Los átomos que componen la materia están prácticamente vacíos, tanto es así que si consiguiéramos aumentar un átomo miles, millones de veces hasta que su tamaño alcanzara un campo de futbol, su núcleo sería como una pequeña bola de pingpong en el centro del campo y los electrones que lo orbitan serían como cabezas de alfiler girando a más de 80 metros del centro.
Como podéis ver, hay más vacío en la materia de lo que podríamos imaginar. Tanto espacio hay en los átomos que si pudiéramos unir todos nuestros átomos no seríamos capaces de encontrar nuestro cuerpo ni con el más potente de los microscópicos, tal es el misterio de la materia.
Pero entonces, ¿cómo es que vemos las cosas sólidas?, ¿cómo es que no podemos atravesar los muros?...
La respuesta está en los campos electromagnéticos que repelen el que ese espacio de vacío se pueda llenar o atravesar por otro átomo. No obstante, la ciencia tiene una sorpresa para navegantes: Existe una posibilidad (aunque muy pequeña) de que si nos lanzáramos contra un muro lo atravesáramos sin despeinarnos, lo único que necesitamos es sintonizar nuestra materia con la que deseamos atravesar.... quizás en un pasado olvidado el hombre jugó con el conocimiento del átomo y sus leyes.
Como última curiosidad comentaros que cada cinco años prácticamente hemos renovado todos los átomos que nos forman, cada quinquenio volvemos a nacer de las estrellas, volvemos a formar parte del Universo.
Nos vemos Navegantes