Para finalizar esta mini serie sobre la prestidigitación, sobre la ilusión mágica de los sentidos y forzado por las peticiones de amigos y compañeros para ver, para conocer más sobre el Navegante René Lavand, voy a dedicar este último post al poeta de las cartas.
De niño, un accidente le dejó sin una mano y con la ilusión y fuerza que sólo tienen los más grandes, decidió dedicarse al mundo del ilusionismo, años después se convirtió en uno de los más grandes, capaz de cautivar con los movimientos de sus dedos la mirada incrédula de niños y adultos, de sabios y simples que igualmente disfrutan de la belleza de sus trucos y de las hermosas historias que los rodean.
Hoy os dejo dos videos, dos actuaciones maravillosas para disfrutar, no hay mejor testimonio que su propio arte, puesto que el ilusionismo no es magia, es Arte.
¿Deseáis conocer el truco?, no seais como el niño de la historia, aquel que preguntó al maestro de donde provenía la luz de su vela, y el maestro le respondió tras apagar la vela: te lo contaré si me dices donde se fué ahora.
Hasta mañana navegantes.
Que bueno! Me gusta la gente que de sus obstáculos hace propuestas de vida. Además que es un caballero de lo más elegante y tiene un don especial cuando habla... A mi cautivó... la traducción al portugués está fatal... es CUMANÁ no Kumaná...
ResponderEliminar¡Hola!
ResponderEliminarMuy ingeniosa, la respuesta del Maestro al niño...
Saludos de J.M. Ojeda