La Gran Pirámide, situada en el valle de Giza se ríe de nuestros conocimientos, se levanta como una evidencia de que los Antiguos fueron mejores, manejaron conocimientos perdidos, conocieron civilizaciones que ahora otros buscan sin lograrlo.
Son muchos los imposibles que nos plantea esta imponente construcción, diferente de todas las demás pirámides del mundo, nosotros nos centraremos en los más simples y evidentes, dejaremos sin tratar otros muchos, obviaremos otras realidades que harían palidecer al más escéptico, pero no hay tiempo para más.
Nuestro primer misterio es el tiempo de su construcción, se supone que durante los 20 años que duraron los trabajos, estos humanos de la edad del Bronce, fueron capaces, en promedio de cada tres minutos, cortar un bloque, transportarlo con trineos y tras atravesar desierto y cruzar el Nilo colocar la piedra con una precisión que a día de hoy, con la tecnología actual no podríamos igualar. Un total de 3.000.000 de bloques de piedra de varias toneladas, suficientes rocas para construir TODAS las iglesias, ermitas y catedrales Románicas y Góticas de Europa, sin grúas para mover bloques de 60 toneladas, sin maquinaria para allanar un territorio que entre sus esquinas sólo tiene un centímetro de error.
A día de hoy existen multitud de teorías sobre su construcción, pero ninguna satisfactoria, sólo los ilusos son capaces de creerse esas explicaciones débiles que se caen como castillos de naipes en manos de un niño.
Un trabajo que supera la imaginación. La Gran Pirámide es un Imposible que se ríe de nosotros imponente en el horizonte. Un hecho irrefutable de la visita de otros seres, de antiguas civilizaciones con conocimientos que superan nuestros más ambiciosos sueños.
Otro de los imposibles que nos aguarda en el interior de la Pirámide son las marcas de corte en las rocas que la componen, marcas que suponen cortes que con la tecnología actual es imposible imitar. EN la actualidad, en nuestras canteras el hombre moderno corta 4 centésimas de milímetro en cada paso de sierra con hojas dentadas con diamantes y movidas por grandes motores. En el antiguo Egipto recorrían 1 centímetro por corte. Una marca aún hoy imbatida, un record de la edad del Bronce. Herramientas que se perdieron en el tiempo o que sus dueños se llevaron.
Por último, solo mencionar que sus constructores demostraron una precisión que únicamente es imitable con la instrumentación óptica basada en el láser. Una tecnología perdida.
Una prueba más de que no estuvimos solos... o ¿es que alguien lo duda?
Son muchos los imposibles que nos plantea esta imponente construcción, diferente de todas las demás pirámides del mundo, nosotros nos centraremos en los más simples y evidentes, dejaremos sin tratar otros muchos, obviaremos otras realidades que harían palidecer al más escéptico, pero no hay tiempo para más.
Nuestro primer misterio es el tiempo de su construcción, se supone que durante los 20 años que duraron los trabajos, estos humanos de la edad del Bronce, fueron capaces, en promedio de cada tres minutos, cortar un bloque, transportarlo con trineos y tras atravesar desierto y cruzar el Nilo colocar la piedra con una precisión que a día de hoy, con la tecnología actual no podríamos igualar. Un total de 3.000.000 de bloques de piedra de varias toneladas, suficientes rocas para construir TODAS las iglesias, ermitas y catedrales Románicas y Góticas de Europa, sin grúas para mover bloques de 60 toneladas, sin maquinaria para allanar un territorio que entre sus esquinas sólo tiene un centímetro de error.
A día de hoy existen multitud de teorías sobre su construcción, pero ninguna satisfactoria, sólo los ilusos son capaces de creerse esas explicaciones débiles que se caen como castillos de naipes en manos de un niño.
Un trabajo que supera la imaginación. La Gran Pirámide es un Imposible que se ríe de nosotros imponente en el horizonte. Un hecho irrefutable de la visita de otros seres, de antiguas civilizaciones con conocimientos que superan nuestros más ambiciosos sueños.
Otro de los imposibles que nos aguarda en el interior de la Pirámide son las marcas de corte en las rocas que la componen, marcas que suponen cortes que con la tecnología actual es imposible imitar. EN la actualidad, en nuestras canteras el hombre moderno corta 4 centésimas de milímetro en cada paso de sierra con hojas dentadas con diamantes y movidas por grandes motores. En el antiguo Egipto recorrían 1 centímetro por corte. Una marca aún hoy imbatida, un record de la edad del Bronce. Herramientas que se perdieron en el tiempo o que sus dueños se llevaron.
Por último, solo mencionar que sus constructores demostraron una precisión que únicamente es imitable con la instrumentación óptica basada en el láser. Una tecnología perdida.
Una prueba más de que no estuvimos solos... o ¿es que alguien lo duda?
Muy interesante tu informe de hoy.. te sigo.
ResponderEliminarUn saludo, Reme.